miércoles, 22 de abril de 2015

Elogio del individuo. Ensayo sobre la pintura flamenca del Renacimiento.


Tzvetan Todorov, Elogio del individuo. Ensayo sobre la pintura flamenca del Renacimiento, Galaxia Gutemberg, 2006.
Traducción: Noemí Sobregués

Durante la Edad Media el individuo parece desaparecer del arte en occidente, los artistas no firman sus obras por lo que apenas conocemos a unos pocos de ellos y la iconografía, abrumadoramente religiosa, nos representa escenas sacadas de los libros sagrados o de las vidas de los santos destinadas fundamentalmente a la educación de las masas iletradas en los dogmas católicos y a proponer modelos de vida para alcanzar la salvación. El retrato individual por tanto no era demandado y la Iglesia imponía a los artistas, que no eran considerados más que unos artesanos especializados, todo un completo pero cerrado programa visual al servicio de la difusión religiosa.
Sabemos que con el Renacimiento esto empieza a cambiar y el individuo comienza a introducirse, al comienzo tímidamente, de nuevo en el arte. En primer lugar serán los artistas los que empiecen a reclamar las obras como suyas, exigiendo y obteniendo finalmente un reconocimiento a su labor creadora, elevándose sobre la anterior categoría artesanal a una nueva dónde el genio y el talento son reconocidos, buscados y recompensados. Por otro lado, la Iglesia pierde el monopolio de los encargos artísticos y tanto la nobleza como la nueva burguesía incipiente, rica y urbana, demandan objetos artísticos. Además con las nuevas ideas del Renacimiento llega el deseo de trascendencia, de mostrarse ante los otros, de ser recordados, y las familias importantes nobles o burguesas reclamarán a los más reconocidos artistas para realizar sus retratos.
Todorov en su estudio nos plantea que este nuevo irrumpir del individuo en la obra artística, sucede en primer lugar en la pintura flamenca del S. XV, incluso antes que en Italia, reconocida como cuna del Renacimiento, que en este punto iría a la zaga y sería aprendiz de los conocidos como primitivos flamencos. De forma que a través fundamentalmente del estudio de tres de los más reconocidos artistas del momento: Robert Campin, Jan Van Eyck y Rogier Van der Weyden va desarrollando sus ideas sobre la nueva importancia del individuo en esta nueva época, y como lo cotidiano va cobrando importancia como objeto artístico, situando al ser humano y su entorno en el lugar cada vez más central que el humanismo reclamaba para él.

Fotografía: Robert Campin, Retrato de una mujer, Londres, National Gallery.


martes, 8 de marzo de 2011

Luna de lobos



Julio Llamazares, Luna de lobos, Seix-Barral, Barcelona, 2009.

Cuando en 1937 cae el frente de Asturias, muchos de los combatientes republicanos supervivientes se dispersan buscando los puertos del norte en un intento de alcanzar desde allí, las zonas que permanecen bajo control del gobierno. Pero muchos verán cortada esa posibilidad de retirada y quedarán cercados en las montañas, entre una rendición que muy probablemente les lleva a la muerte a manos del enemigo, o una resistencia desesperada a la espera de una oportunidad de escapar.
En esa situación se encuentran los tres protagonistas de la novela de Julio Llamazares que deciden establecerse en la montañas de León, cerca de las que fueron sus casas y donde residen sus familias, a la espera de una ocasión para salir de una tierra que se ha vuelto hostil.
Pero con el paso de los años, las esperanzas se irán desvaneciendo entre las escaramuzas con los guardias civiles que les persiguen sin tregua, y les obligan a permanecer siempres ocultos, escondidos en las cuevas de la montaña como animales, como lobos.
Finalmente Ángel, solo, tras perder a sus dos compañeros, y para no compremeter más a su familia, decidirá iniciar un viaje, desde luego sin retorno, hacia un incierto futuro.
Esta fue la primera novela de Julio Llamazares, donde ya encontramos la prosa que le ha elevado al rango más alto de la narrativa española actual.

jueves, 24 de febrero de 2011

¿Por qué se cayó todo y no se ha hundido nada?


Juan Torres López, ¿Porqué se cayó todo y no se ha hundido nada?, Sequitur-ATTAC, Madrid, 2010.


Practicamente cada día nos encontramos con una nueva noticia de recortes económicos por parte de nuestros gobiernos, nos dicen que hay que buscar la salida de la crisis por el camino de adelgazar el llamado "Estado del Bienestar", y tratan de convencernos de que la culpa de la mala situación es el excesivo gasto de los gobiernos en cuestiones sociales.
Por este camino y en aras de una supuesta recuperación, el Estado reduce el salario de los empleados públicos, se dispone a no renovar a los que se jubilen o anuncia como necesaria una mayor flexibilidad en los puestos de trabajo y de los sueldos de los trabajadores.
Por otra parte se nos dice que habrá que trabajar más años para acceder a una pensión pública, ya que el sistema no será viable en un próximo futuro. Como siempre se le echa la culpa a la demografía.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?, ¿Cómo es posible, que el neoliberalismo que parecía tocado de muerte al comienzo de la crisis, se haya revuelto de esta manera y lance con nuevas fuerzas una nueva campaña en contra de la mayoría de los ciudadanos?.
Sin duda esto no sería posible sin la colaboración manifiesta de los gobiernos que han empleado ingentes cantidades de dinero público en salvar a las instituciones bancarias, que eran demasiado grandes como para dejarlas caer, y después han tenido que endeudarse con estos mismos especuladores para sortear las consecuencias más graves de la crisis.
Aquellos que dijeron que había que refundar el capitalismo, pronto volvieron a abrir el manual neoliberal (después de socializar las pérdidas para salvar a los ricos), y emprendieron el desmantelamiento del Estado para poner la economía al servicio de las rentas del capital.
Los ciudadanos de este principio del Siglo XXI, tenemos que mantenernos informados de lo que está sucediendo a nuestro alrededor, de las políticas que al margen de la inmensa mayoría de la sociedad se están llevando a cabo por un conglomerado político-económico que nos amenaza directamente con llevarnos al Siglo XIX. La crisis y la forma en que se pretende salir de la misma, son buen ejemplo de ello.
Por eso recomiendo el libro del profesor Juan Torres. Él que ya vió venir la crisis mientras otros celebraban el buen momento económico, nos trae ahora este trabajo, donde de manera sencilla se expone el desarrollo de la crisis, y porqué, en vez de que algo cambie todo se ha mantenido igual.

martes, 2 de marzo de 2010

Para entender el conflicto de Kosova



Carlos Taibo, Para entender el conflicto de Kosova, Madrid, Los Libros de la Catarata, 1999.


Kosovo era una pequeña provincia de Yugoslavia de la que pocos habían oido hablar hasta que a mediados de los noventa se presentó como el nombre de un nuevo episodio bélico del inacabable conflicto balcánico. Allí parecía que la dramática y reciente experiencia de Bosnia se repetía con imágenes casi calcadas, de nuevo el fantasma de la limpieza étnica parecía cebarse esta vez con la población de origen albanés, mayoritaria en la provincia. Era así como Kosovo se daba tristemente a conocer al mundo.
Sin embargo las tensiones venían de muy atrás en el tiempo, como en otras zonas de los balcanes diferentes pueblos compartían un territorio común y mantenían unas relaciones que según los momentos fluctuaban desde el fructífero intercambio hasta la beligerancia manifiesta. La provincia, mantenida durante la etapa socialista de Tito dentro de las fronteras de Serbia a pesar de ser estos una minoría, vió sin embargo como se respetaban los derechos de la mayoría albanesa que pudo prosperar, a pesar de que Kosovo siempre fue una de las regiones más pobres de la antigua Yugoslavia. Esos derechos empezaron a dejar de mantenerse, cuando a la muerte del Mariscal comenzó a resquebrajarse la débil arquitectura que había mantenido unida la federación y cada región empezó a mirar más por sí misma que por el conjunto.
En 1989, la autonomía que había mantenido Kosovo dentro de Serbia fue suprimida por el gobierno de milosevic y comenzó a perseguirse a la población albanesa para forzarles a abandonar importantes extensiones del país. Ahí comienza el reciente conflicto de Kosovo, excepcionalmente expuesto por Carlos Taibo en este libro de 143 páginas, con todas las pistas para entenderlo, tanto en su acontecer interno como en su proyección internacional.
Obviamente el libro publicado en 1999, no recoge los sucesivos acontecimientos que desde entonces han sacudido la zona. Kosovo, declaró su independencia unilateralmente en febrero de 2008 y desde entonces ha sido reconocido por importantes países como los Estados Unidos y casi todos los europeos. No obstante siguen sin reconocer su independencia países como la propia Serbia, Rusia o España. Con todo, aquí encontraremos toda la información necesaria para acercarnos la problemática que sigue sacudiendo a esta zona de Europa.
Por último indicar que el autor escoge el nombre albanés de Kosova para denominar a este país dejando así claro que esa es la población mayoritaria desde tiempo inmemorial, aunque para nosotros sea mucho más familiar el nombre serbio de Kosovo.

martes, 2 de febrero de 2010

La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia


Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia, Madrid, Turner, 2009
Título original: Weimar Germany. Promise and Tragedy
Traducción de Gregorio Cantera

El Imperio alemán fue uno de los cuatro imperios que desaparecieron con el fin de la Primera Guerra Mundial, el gobierno autoritario del Kaiser dió paso a una República que a pesar de todas las dificultades a las que tuvo que enfrentarse intentó cambiar la faz de Alemania y convertirla en una democracia plena, quizás la más avanzada de Europa en su época.
Internarse en el periodo que abarca desde 1918 a 1933, es acercarse en el caso de Alemania a una de las etapas más innovadoras y creativas de la historia contemporánea de Europa. Por primera vez el voto fue extendido hasta alcanzar a toda la población incluidas por fin las mujeres, los derechos sociales como el derecho al trabajo, a la educación, a la vivienda, etc... quedaban plasmados en una constitución. Los poderes propios del Antiguo Régimen, como la nobleza, la Iglesia y el ejército, tan importantes en Alemania, tenían que dejar paso a la ciudadanía.
No es extraño que en esta época de cambios, la cultura se desarrollara con una fuerza creativa sin precedentes. Basta con recordar algunos nombres bien conocidos para hacernos una idea de la explosión artística que coincidió con los años de Weimar, así Thomas Mann o Bertoldt Brecht en literatura, Kirchner, Grosz o Hanna Höch en pintura, Moholy-Nagy y August Sander en fotografía, sin olvidar la filosofía de Heidegger o el cine expresionista alemán.
Mención aparte merece la arquitectura de la época y que en buena medida puso las bases del movimiento moderno. De nuevo aparecen nombres de sobra conocidos tales como Gropius, fundador de la Bauhaus, Peter Berehns, Bruno Taut o Eric Mendelsohn, que construyeron nuevos edificios para una nueva Alemania.
Pero la historia de la República de Weimar es también la historia de un fracaso, con un comienzo díficil en el que tuvo que asumir las consecuencias de la derrota en la Gran Guerra con su secuela de pérdidas territoriales y de pago de reparaciones, fue presa fácil de aquellos que no estaban dispuestos a tolerar un régimen democrático. Desde el primer momento fue acusada de haber traicionado al país al aceptar las condiciones de paz, y desde muy pronto tuvo que enfrentarse a golpes que trataron de echarla abajo, entre ellos el putsch de Hitler de 1923 en una cervecería de Munich. Acosada por la vieja y la nueva derecha aún más radical, tuvo que afrontar uno de los periodos económicos más difíciles del Siglo XX, incluyendo la etapa de la hiper-inflación y la crisis de 1929 con sus legiones de parados abocados a la miseria. El final es bien conocido por todos, el 30 de Enero de 1933 los nazis con Hitler a la cabeza llegaban al poder en Alemania.
Este libro nos muestra lo díficil que lo ha tenido la democracia para abrirse paso y lo frágil que son en realidad las libertades que creemos seguras. El lector un poco entendido no tardará en encontrar paralelismos con otras experiencias democráticas como la República española, acosadas por todos los medios hasta hacerlas saltar en pedazos.








jueves, 10 de diciembre de 2009

La destrucción de la democracia en España

Paul Preston, La destrucción de la democracia en España. Reforma, reacción y revolución en la Segunda República, Madrid, Alianza, 1987.
Título original: The Coming of the Spanish Civil War
Versión castellana de Jerónimo Gonzalo



La llegada de la Segunda República y el proceso reformista y modernizador que con ella se inició, suponía una amenaza directa para la estructura socio-económica vigente en nuestro país por aquel entonces. Los importantes cambios que iban desde el apartamiento de la Iglesia Católica del sistema educativo a una legislación laboral acorde con los tiempos, pasando por una reforma agraria que acabara con el subempleo crónico y la miseria en el campo, fue vista por las oligarquías terratenientes e industriales así como por la jerarquía eclesiástica como un ataque directo al control social que venían ejerciendo.
Parapetadas en la intransigencia, la derecha española representada mayoritariamente por la CEDA de Gil Robles, pasó del intento de obstruccionismo en el periodo reformista de 1931-1933 a la utilización de los resortes democráticos legales, con el fin de llegar al poder y desde allí establecer un Estado Corporativo en el denominado bienio negro. Al quedar cerrado éste camino por la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936, la derecha entendió que sólo la intervención del ejército evitaría el triunfo del programa reformador de los republicanos, y se agrupó detrás de los generales en el alzamiento militar de Julio.
En el primer bienio, social-azañista, desde el gobierno se intentó desarrollar el proceso reformador que colocara a España entre las naciones modernas con la decidida oposición de la derecha legalista en el parlamento. A pesar de ello se sacó adelante una nueva constitución, y se llevaron adelante importantes avances sobre todo en educación y en legislación laboral.
Por contra, el segundo bienio, radical-cedista, supuso el desmantelamiento sin contemplaciones de todo lo avanzado anteriormente y una política de represión contra los trabajadores que alcanzó en el campo sus más dramáticas consecuencias. Durante este periodo y ante la posibilidad de que la CEDA llegara al gobierno y desde allí tratará de destruir la democracia republicana como había ocurrido en Alemania en 1933, los partidos obreros se levantaron en Octubre de 1934 en la conocida como Revolución de Asturias, tras la cuál se endureció la represión contra los partidos de izquierdas.
Finalmente, tras las elecciones de Febrero de 1936, la situación se irá volviendo cada vez más violenta con una mayor presencia en las calles de los extremistas, mientras que el gobierno muestra una debilidad que será utilizada por los militares como excusa para el alzamiento.
Paul Preston, gran conocedor de la historia contemporánea de España, sigue en este libro la estela de otros grandes hispanistas como Gerald Brenan o Raymond Carr, con una obra magníficamente documentada y que demuestra una infatigable labor de investigación.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Londres 1851-1901. La era victoriana o el triunfo de las desigualdades


Mónica Charlot y Roland Marx, Londres 1851-1901. La era victoriana o el triunfo de las desigualdades, madrid, Alianza, 1993.
Título original: Londres, 1851-1901. L`ère Victorienne ou le trionphe des inégalités
Versión española de Juan Antonio Matesanz


En 1851 se inaugura en Londres la primea Exposición Universal apadrinada por el príncipe Alberto, el objetivo de la exposición está claro en la mente de sus impulsores, mostrar la preeminencia de Gran Bretaña entre todas las naciones del momento. No sólo su imperio es ya el más extenso y sus flotas dominan todos los mares, además las naciones tienen que reconocer la superioridad y el dinamismo de la industria británica que ha contribuído a alumbrar un mundo moderno que ha abierto un camino que todos los países han de seguir en pos del progreso y un mayor desarrollo. Londres, la gran urbe que es centro y eje de su poder se eleva sobre todas las ciudades. El Crystal Palace, mole de hierro y cristal se erige en catedral de la nueva era.
Londres en esta época es el inmenso prototipo de un mundo en transformación, la ciudad triplica su población en este periodo, a ella afluyen por miles los campesinos que han sido expulsados de sus tierras por la creciente mecanización y que esperan ganarse la vida en la gran ciudad. Estos obreros llenarán los barrios pobres que serán la constante preocupación de los higienistas por sus malas condiciones sanitarias.
La city se convertirá ya en esta época en el corazón de la economía mundial, allí se toman las decisiones que afectarán hasta en los más recónditos lugares del planeta, banqueros de todo el mundo disputarán por tener sucursal abierta en este pequeño espacio donde se maneja la riqueza del mundo.
Londres será también la ciudad dual por excelencia, se podría pasar de la más escandalosa riqueza a la más absoluta miseria andando sólo unas pocas millas, la gran urbe moderna es también la ciudad de todas las desigualdades. No es extraño que se convirtiera en el punto de llegada de todos los rebeldes, aquí vivirá y escribirá Carlos Marx desde 1850 y aquí se establecerá la I internacional hasta 1873.
En esta segunda mitad del Siglo XIX, Londres se nos presenta como una ciudad apasionante, ciudad a la vez del lujo y la fetidez, sociedad dual por excelencia. Una ciudad donde conviven nobles, banqueros, legiones de obreros, escritores, conspiradores de todas las clases, prostitutas, criminales, donde se enfrentan los más altos ideales con las más bajas pasiones, Sherlok holmes con Jack el destripador.

Foto de cabecera: William logsdail, St. Martin´s in the fields, 1888. The Tate Gallery. Londres